ESPAÑA, ¿PARA CUANDO LA ILUSTRACIÓN?
¿Quién me iba a decir a mi que con el tiempo, acabaría dándole la razón a mi señora esposa, aunque ella no lo sabe, por supuesto (que para eso soy español)? Y es que, desde novios, yo siempre peleándole, tachándola de afrancesada, yo defendiendo mi Patria y criticando la suya, para acabar ahora, a mis años, casi dándole la razón,... o sin casi, dándosela en muchos aspectos.
Pero es que no tengo más remedio, pese a mi españolismo, pese a mi patriotismo, he de empezar a reconocer las cosas, quizás ya alejándome del patrioterismo de la juventud y acercándome a la experiencia jodida esa que llega cargada de años, y, menos mal, cargada también de algo de sabiduría (sólo algo). Pero no divaguemos y vayamos al grano, porque en este caso el grano es abundante y no del todo satisfactorio.
Han sido muchos años pensando en los héroes aquellos, como el Empecinado o Manuela Malasaña entre otros muchos, esos maravillosos patriotas que luchaban contra el francés y luchaban por una Patria mejor, y por otro lado pensando en los malvados franceses con “Pepe Botellas” al mando asesinando españoles, masacrando al pueblo español, destruyendo toda la cultura de la nación sólo para beneficio del infame Napoleón, y tantos años marcan, como es natural, un carácter y unas ideas.
Pero aún son más años los que han pasado entre aquel lejano 2 de mayo de 1808, y este presente mes de diciembre de 2010, y en esos 200 años ¿cuantas cosas no han pasado, y cuantas han pasado en el solar patrio? Pues han pasado bastantes, pero lo que más ha pasado, para desgracia pienso yo de nuestra Patria, ha sido años, demasiados años y demasiado poco aprovechados, y esto último es la verdadera desgracia no el paso del tiempo, la verdadera tragedia de España es esta: ¡que poco hemos aprovechado esos doscientos años! Y eso es lo que me hace pensar en la pequeña contra mi esposa en nuestra particular batalla histórica: ¿en aquel lejano 1808, qué hicimos, salvar a España de los franceses o hundir a España en la Historia? esa Historia, con mayúsculas que tan aceleradamente discurre en otros países y que tan pesadamente cabalga por los caminos de nuestra Patria. ¿Lo hicimos bien, lo hicimos mal, debimos hacer lo que hicimos o debimos entregarnos al francés? ¿Éramos realmente nosotros, aquellos nuestros héroes, los bárbaros, y los invasores, los gabachos, eran los ilustrados? Son preguntas difíciles de resolver, pues al fin y al cabo aquella también fue una pequeña guerra civil en la que los “ilustrados” españoles (pocos, eso si), afrancesados los llamamos, se enfrentaron a los “bárbaros” españoles.
Al menos estoy con Álvarez Junco, en que la Guerra de la Independencia supuso quizás por primera vez el que los españoles, todos, se sintieran realmente como tales, como un pueblo, y lucharan por un objetivo común. Pero ese es otro tema,
Lo importante es ¿realmente aquellos barros trajeron estos lodos, realmente la expulsión del francés supuso la expulsión de la modernidad de España? No lo se, habría que discutirlo larga y despaciamente.
Lo que si es seguro, para mi, claro, es que la modernidad no ha llegado a España, salvo, como en muchos otros asuntos, en casos particulares de españoles avanzados a su propia Patria. Lo que si es seguro es que nuestra nación, nuestro pueblo ha huido de la modernidad, del progreso, se ha bajado del tren que cogieron otras naciones más avispadas que la nuestra. Todavía somos la España del “vivan las caenas”, aún somos la España de la alpargata, aún somos la España de las Hurdes de principios del XX, por más que nos quieran vender, y nos queramos vender a nosotros mismos que estamos en la vanguardia de Europa.
Seguimos siendo una nación atrasada, puede que tengamos alta velocidad, aviones y demás aparatos para llegar más rápido a ninguna parte, si, y es que llegamos corriendo a todas partes pero una vez que hemos llegado nos paramos, miramos a nuestro alrededor y pensamos ¿y ahora que? Y ahí radica el gran problema de la Patria, en que no sabemos pensar, en que nos han condenado a la España del pintoresquismo, a la España del sol y la pandereta, a la España de fútbol y toros, a la España que grita con gusto “¡vivan las caenas!” mientras espera la llegada del caudillo de turno.
¿Algún día saldremos adelante, algún día dejaremos de lado nuestro carácter borreguil, y crearemos la gran Patria que buscamos? Propuestas hay, españoles suficientes para ello hay, patriotas dispuestos a sacrificarse por ello los hay, y el nacionalsindicalismo tiene que estar ahí ofreciendo todo lo que tiene para que nuestra Patria llegue a la Ilustración.
Pero para ello hay que denunciar a voz en grito las prácticas, y las “teóricas”, que se empeñan en condenarnos al turismo y a la agricultura tercermundista, para ello hay que atacar este sistema educativo y denunciarlo como delito de lesa Patria al condenar a la juventud a la imbecilidad, para ello hay que denunciar las prácticas caciquiles que suponen las subvenciones a agriculturas inviables y a industrias sin futuro, para ello hay que denunciar alto y claro a unos medios de comunicación que, lejos de cumplir su tarea formadora, son meros medios propagandísticos al servicio, otra vez aparece, del caudillo que toque dando igual su color, para ello hay que crear una industrial cultural que llegue al pueblo y no sirva para dar mucho de comer a ciertos inútiles que pasean su soberbia por pasarelas o editoriales, para ello hay que hacer tantas cosas... ¡pongámonos a ello, YA!
Y para terminar, mi recuerdo desde aquí para aquellos héroes, que lo fueron, de 1808 que, equivocados o no (no me voy a meter en ello, aunque creo que ya lo he hecho), lucharon por su Patria y al menos nos dejaron un legado de lucha conjunta de una comunidad como es España.
Fernando, de la MNF
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